Tras observar
los documentos sobre la LOE (LEY ORGÁNICA 2/2006, de 3 de mayo de 2006) y la
LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre de 2013), hemos llegado a las
siguientes conclusiones:
La educación
primaria se divide en 6 cursos, en lugar de 3 ciclos de 2 cursos cada uno, como
se determinaba en la LOE. A su vez, la asignatura de Conocimiento del medio
natural, social y cultural se convierte en Ciencias de la Naturaleza y Ciencias
Sociales. Mientras que con la LOE los alumnos solo podían repetir una vez en
toda la etapa de Educación Primaria, con la entrada en vigor de la LOMCE, los
alumnos podrán repetir una vez cada curso, pudiendo repetir como máximo un
total de 6 veces, que son los cursos que se especifican durante esta etapa
educativa. También se incluye una prueba al final del último curso de esta
etapa, que será igual para todas las comunidades autónomas, y tendrá un
carácter informativo y orientador para los centros. A su vez, en 3º de primaria,
los centros realizarán una prueba individual para comprobar el grado de dominio
en las destrezas de expresión y comprensión oral y escrita, cálculo y
resolución de problemas de cálculo en relación con las competencias de
comunicación lingüística y competencia matemática. Se expresa también un mayor
hincapié en el refuerzo académico para que los alumnos consigan un éxito
académico.
En nuestra
opinión, estos cambios benefician a la obtención de las competencias
académicas, porque anteriormente, un alumno tan solo podía repetir una vez en
toda la educación primaria, en segundo, en cuarto o en sexto, y había alumnos
que al repetir uno de estos cursos, se tomaban los estudios de manera
desinteresada al saber que no podían repetir más. Desde la palabra de algunos
maestros, la forma de tampoco poder repetir entre ciclos (los alumnos tan solo
repetían al final de cada ciclo), dotaba a los cursos de primero, tercero y
quinto de primaria, de alumnos pasotas, al considerar que esos cursos no
servían para nada. Por lo tanto el cambio de los ciclos a cursos independientes
es un acierto por parte de la administración educativa.
Por otro lado,
las pruebas de tercero y sexto, pensamos que son un buen indicador a la hora de
analizar la evolución y desarrollo de las materias y competencias hasta esos
cursos, pudiendo dar información a los profesores y a padres o tutores legales
de como ese niño avanza en los estudios. Por lo general es un buen método de
control sobre los alumnos, pero un mal trago para ellos, ya que un examen,
sobre todo cuando sus padres conocerán los resultados de primera mano, llegando
a poner en práctica sobre ellos, medidas de refuerzo que conllevarán más horas
de estudios y menos de diversión con los amigos, siempre será algo negativo
para los niños.
Además, la
separación de la asignatura de Conocimiento del Medio Natural, Social y
Cultural en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, nos parece un paso hacia
atrás, hasta la educación de nuestros mayores, cuando estaba de esta manera.
Consideramos que el enfoque mayor sobre estas asignaturas se debe dar en fases
más avanzadas, como en secundaria, pero en primaria los niños no poseen la
suficiente destreza como para, por ejemplo, en ciencias sociales conocer todas
las regiones de España o el comercio en el mundo.
Por último,
tratar el tema del apoyo a los alumnos que repiten curso. Anteriormente tan
solo se ofrecía apoyo a los niños con discapacidades, pero ahora se prepararán
planes para todos los alumnos que así lo requieran, como alumnos repetidores o
con desventajas académicas. Esto es un paso adelante, aunque no pensamos que se
lleven a cabo, porque los recortes en educación son significativos y no se
localizarán los suficientes docentes como para realizar estas ayudas a alumnos
que las requieran, aunque en principio, la idea nos parece acertada.